Ir al contenido principal

Consejos para afrontar el síndrome postvacacional: volver al trabajo después de las vacaciones

¿Acabas de volver y ya estás contado los días que te quedan para las próximas vacaciones? Mal hecho. Disfruta del momento, organiza tu tiempo de ocio y pon la mente en los aspectos más agradables de la rutina.

Síndrome postvacacional: consejos para volver al trabajo después de vacaciones

Consejos para superar la vuelta a la rutina

Para mí, la vuelta a la rutina no es causa de tristeza, ni de ansiedad, ni mucho menos me lleva a la depresión. No quiero darte rabia, pero es lo que tiene trabajar en lo que me gusta y no tener un jefe al que soportar. ¡Y te aseguro que he disfrutado de las vacaciones! 

Como no quiero que me envidies, te recuerdo que eso significa que una se convierte en su propia esclava (mis jornadas no tienen un límite de horas, y suelen pasar de las doce diarias), y los ingresos no son nada seguros. 

Pero a lo que iba: la depre postvacacional apenas la percibo, por muy estupendas que hayan sido las vacaciones. 

Y, aun así, de eso va esta nueva entrada del blog: de afrontar la vuelta al trabajo o al cole con optimismo, aunque te esperen jefes que te sacan de quicio y compañeros trepas. La depresión postvacacional es un asunto poco original en septiembre, pero llevo una semana escuchando el lamento de mi marido, y me decido a abordarlo. Alguna vez tenía que dedicarle unas líneas. 

Síndrome postvacacional

Llámalo por su nombre: síndrome postvacacional, que «depresión» es una palabra muy seria. Pregunta cómo se siente a quien se ha quedado sin trabajo y lleva tiempo buscando empleo, y entonces me cuentas si lo tuyo es depresión o te pasas de quejica. 

Vale, perdona el tirón de orejas. Tal vez sufres acoso laboral, en cuyo caso el regreso al trabajo suele provocar auténticos ataques de pánico, y entonces necesitarías otro artículo, ayuda profesional, médicos y abogados. Pero si no es el caso, dejémoslo en que lo tuyo es tristeza e irritabilidad, y que eso significa que las vacaciones fueron buenas, que no te has peleado con la familia ni con la pareja. Porque ese es otro asunto muy propio del otoño: las rupturas conyugales después de unas estresantes vacaciones. 

Superar el síndrome postvacacional pasa por un proceso de readaptación a lo que llamamos «vida normal», que puede ser más o menos laboriosa, según las circunstancias y la actitud de cada persona. Y tú eres el principal responsable de ese proceso. La gran ayuda la recibirás del tiempo, del paso de los días, que acabará imponiendo la rutina a la que te vas a acomodar con resignación una vez más, como todos los años. 

Tres semanas para adaptarnos a la rutina

Dicen los psicólogos y expertos que lo ideal es repartirse las vacaciones en periodos más cortos a lo largo del año, en lugar de los 30 días seguidos que tienen muchos. De esa manera, apenas tienes tiempo de desconectarte por completo de la vida diaria, y las próximas vacaciones no te quedan tan lejanas. 

Pero sé, lo sufrimos en casa, que no todo el mundo puede permitirse el lujo de elegir el modo y el momento de tomarse vacaciones. Si es tu caso, tienes tres semanas para adaptarte de nuevo a la rutina del trabajo, según indican los especialistas. Respira hondo, ¡y a por ellas! 

Última semana de agosto: 

➤ En lugar de pensar en todo lo negativo que te espera a la llegada, pon la mente en planear qué cosas placenteras puedes hacer cuando vuelvas. 

➤ Recuerda que vas a reencontrarte con personas con quienes te lo pasas bien, no solo con compañeros o jefes insoportables. 

➤ Vive el momento presente y disfruta a tope los días de vacaciones que te quedan. 

Primera semana de septiembre: 

➤ La clave está en organizarse para no dejarte avasallar por todo lo que se te viene encima. 

➤ Haz una lista o varias listas (una para el trabajo, otra para los asuntos domésticos, para los niños…) de las tareas pendientes y ve tachándolas según las realizas. Verlo en papel aportará orden y equilibrio a tu mente. 

➤ Reserva huecos para reencontrarte con los amigos, que la vuelta del tiempo de vacaciones sea también un regreso al ocio cotidiano, la rutina lúdica, no solo a las obligaciones y responsabilidades. 

Segunda semana de septiembre: 

➤ Ve terminando esas tareas que tenías pendientes a la vuelta, y ponte un plazo límite para las que no están finalizadas. 

➤ Pon en marcha las actividades de ocio que tenías planificadas: descuelga el teléfono y llama de una vez a los amigos. 

➤ Inicia esos proyectos personales y laborales que habías previsto para esta temporada. 

Y ponle buena cara al otoño

Para muchas personas es la mejor de las estaciones, sobre todo si se ven muy afectadas por el calor. El otoño puede ser la estación perfecta para realizar actividades al aire libre, para retomar aficiones que quedan aparcadas en verano, como el cine (en España, la cartelera veraniega es infumable), y todavía se puede disfrutar de la playa sin quemarte, y bañarte cuando el agua del mar está más caliente. 

Y, por supuesto, aprovechar los días de lluvia para refugiarte en casa con esas novelas que tienes ganas de leer desde hace… ¿cuánto? 

Ay, te dejo ya. Acabo de recordar que tengo una larga lista de lecturas pendientes.

descargar novela Alas negras y chocolate amargo, de Sonsoles Fuentes

También te pueden interesar:



Comentarios

Lo más visto

Testimonio de una mujer infiel

Dice que le encanta provocar. Cometió la primera infidelidad antes de casarse. Y continúa teniendo sus aventuras. Estas son las confidencias de una mujer infiel. 

Mirada copulatoria: La mirada del deseo

Miradas de deseo, miradas que derriten, miradas penetrantes… Aparta los ojos del móvil y descubre la mirada copulatoria.

Háblame sucio: Sugerencias para practicar el Dirty Talk

Hace unos días compartía en el blog el artículo publicado en la revista Sexologies sobre la práctica del 'dirty talk' ( aquí ). Ahora rescato algunas sugerencias para quienes deseen probar este juego erótico. ¿Tu Punto G está en el oído?

Volver a casa de tus padres después de una separación

La ruptura de la pareja es una de las situaciones más amargas que motivan el regreso a casa de los padres. Y también la más frecuente.