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Háblame sucio: Sugerencias para practicar el Dirty Talk

Hace unos días compartía en el blog el artículo publicado en la revista Sexologies sobre la práctica del 'dirty talk' (aquí). Ahora rescato algunas sugerencias para quienes deseen probar este juego erótico. ¿Tu Punto G está en el oído?

Sugerencias y consejos para practicar el juego sexual de Hablar sucio y el erotismo por el oído

Dirty Talk: ¿Qué podemos decir para hablar sucio?

«Como sabes queridísima, nunca uso palabras obscenas al hablar. Nunca me has oído, ¿verdad?, pronunciar una palabra impropia delante otras personas. Cuando los hombres de aquí cuentan delante de mí historias sucias o lascivas, apenas sonrío. Y, sin embargo, tú sabes convertirme en una bestia.»

«Ojalá pudiera oír a tus labios murmurando esas poderosamente excitantes palabras obscenas, ver tu boca haciendo ruidos y sonidos lascivos, sentir tu cuerpo agitándose debajo de mí…»

Estos fragmentos fueron escritos por James Joyce en cartas que escribió a su esposa Nora. No reproduzco más, porque estoy convencida de que para la mayoría de la gente los gustos sexuales del autor de Ulises resultan cochinos en exceso.

Si sientes curiosidad, bucea entre lo publicado. Al gran escritor irlandés le iba la escatología. Yo ya he avisado.

Bueno, venga, un botón de muestra: «Tu culo rebosaba de pedos esa mañana, querida». En fin, allá cada cual con lo que conserva como bonito recuerdo.

No existen fórmulas válidas para todo el mundo, ya ves. Hay quien le encanta hablar y que le hablen mucho y otras personas se desconcentran. 

«Y con su cara seria, su boca sin pintura, sus manos inexpresivas, se las arregló, sin embargo, para disfrutar. En el momento que consideró oportuno, me suplicó que le dijera palabrotas. No es mi especialidad, pero creo que la dejé satisfecha». Es un fragmento de la novela La tregua, de Mario Benedetti. El protagonista tiene un encuentro sexual con una desconocida que se excita con el dirty talk. ¿Tampoco es tu especialidad?

Cada cual tendrá que averiguar qué le gusta a la pareja. Aquí tienes algunas sugerencias:

Lo que puede gustarle a él:

👄 Que repitan su nombre.

👄 Las referencias a su pene. «Uf, qué dura». «Qué grande la tienes».

👄 Pedirle que te penetre.

👄 Usar el tono de súplica para que te dé placer.

👄 Nuestros comentarios sobre sexo explícito, ¡son tan pocas las mujeres que los realizan!

👄 Reconocer cuánto te satisface el modo en que te toca, te penetra….

Lo que a ella le puede gustar:

👄 Escuchar el aliento de él en su oído.

👄 Admiración por su sensualidad: «Qué mojada estás». «Qué caliente».

👄 Elogios a zonas de su cuerpo: «Qué culito más rico tienes».

👄 Alabar su maestría en la cama: «Mmmm, qué bien te mueves».

👄 Que le den órdenes.

Combate la timidez para hablar sucio

Si te da mucho corte, aunque estés deseando utilizar el lenguaje sucio en tus relaciones, puedes comenzar por el escrito, con mensajes calientes que envíes al móvil o por correo electrónico.

También puedes dar el paso al lenguaje hablado por teléfono, ya que al no tenerle delante, el lenguaje verbal y los gestos del rostro del otro no van a suponer un freno para tu lengua.

Acerca tu boca a su oído para que escuche tu respiración agitada, mientras mantenéis relaciones sexuales.

Aumenta el volumen de tus quejidos, gemidos y todos aquellos sonidos que reconocemos como señales de excitación durante el acto sexual.

Escoge los párrafos de un libro que despierten tu deseo o una narración erótica que te guste y léesela en voz alta. Si tienes que inventarte algo, la timidez puede ser un obstáculo para tu inspiración.

Cuando te lances a inventar frases o fantasías que contar al otro, no te preocupes si parece poco original o si suena excesivamente vulgar. Tu amante no pretende que seas Anaïs Nin, y lo que le gustará será descubrir que eres capaz de sorprenderle hablándole de una forma que hasta entonces no había escuchado de tu boca.

Un juego de naipes para practicar el Dirty Talk

La terapeuta Flavia Limone recuerda que, con el paso del tiempo, algunas personas se quejan de que sus parejas han dejado de halagarles y lo echan de menos. Y aunque no fuera así, nos sugiere un juego para estimular los halagos mutuos (y también los autorreconocimientos que tanto nos cuesta hacernos):

«Haz unos naipes en blanco (sólo hace falta comprar cartulina y cortarla), toma bolígrafos de dos colores: uno te identificará a ti, otro a tu pareja. Cuando los peques ya estén en la cama y mañana no haya que ir a trabajar, sugiere jugar a los naipes, pero esta vez, de una manera original. Reparte las cartulinas a partes iguales para ambos. Cada cual escribirá diferentes partes del cuerpo, una en cada naipe: orejas, nariz, ojos, muslos, culo, pies, cuello, etc., lo que se os ocurra. Luego, podéis jugar con ellos. ¿Cómo? Ponedlos sobre la mesa boca abajo e id tomando una carta cada uno por turnos. Ahora, si has cogido uno del color que identifica a tu pareja, di qué te gusta de esa parte de su cuerpo (si te esfuerzas, podrás encontrar algo aunque no sea lo que le encuentras más bello: cómo huele, cómo es al tacto, su forma, el tono de su piel en esa zona, cómo sabe, cómo lo acicala, etc.). ¿Y si has cogido uno de tu color? Pues, quizás hasta más difícil, te toca autorreconocerte algo agradable en esa parte del cuerpo. Además de sentirse halagad@ por el/la compañer@, ambos estaréis haciendo un ejercicio excelente para vuestras autoestimas.

Se trata, en definitiva, de poner energías para que el otro se sienta deseado, amado, y que uno mismo recuerde qué le gusta de su pareja. Son los mensajes que revitalizan el interés mutuo y el lazo entre ambos se refuerza». 

¿Y si mi Punto G está en el oído pero no tengo pareja que me lo estimule?

Cuando se publicó el primer libro sobre las fantasías sexuales de las mujeres que escribí con la añorada Laura Carrión, algunas lectoras nos confesaron que preparaban el ambiente, un entorno sensual, para leerlo. Algunas de ellas lo leían en el baño, ponían música suave y encendían velas.

La masturbación no tiene por qué ser, simplemente, una vía para conseguir un orgasmo. Como si el sexo no fuera más que un desahogo. Aunque sea un estupendo ansiolítico sin efectos secundarios que lamentar. La masturbación, como una relación sexual, debería disfrutarse por entero. ¡Que la ruta hacia ese orgasmo sea placentera y no solo la meta alcanzada!

Fueron tantas las mujeres que nos confesaron cómo se excitaban gracias al oído, a las palabras, que enseguida propuse convertir el libro en algo audible. 

En aquel entonces, las narraciones grabadas solo podían escucharse en la radio o en un cedé. Y mi propuesta de grabar las lecturas de fantasías eróticas no cuajó. 

Y ahora llega el boom de los audiolibros, el placer de escuchar las lecturas haciendo clic. 

La Editorial Sonolibro ha confiado en mi trabajo y publica la versión en audiolibro de Sex Confidential, un libro donde las mujeres cuentan sus fantasías eróticas, exponen sus dudas y explican sus experiencias. Y también los hombres tienen su espacio. 

¿No tienes pareja que estimule el Punto G que tienes en la oreja? ¿O simplemente sientes curiosidad por conocer algo más sobre la sexualidad de otras personas? Las páginas de Sex Confidential están repletas de testimonios que tienen mucho que enseñarnos. Que nos permiten aprender más de nosotros mismos y liberar nuestra imaginación.

Prepara el entorno adecuado, a tu gusto, ponte los auriculares y disfruta del placer de escuchar… a solas o en compañía.

*Imagen de cabecera: Foto de Jessica Flavia en Unsplash


descarga el audiolibro Sex Confidential sobre fantasías sexuales

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