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¿Por qué te enamoras de un canalla?

Mujeres a la espera de que se produzca el milagro, la prueba de amor definitiva: que el hombre canalla deje de ser un crápula, un donjuán, un mujeriego… al enamorarse de ellas. ¿Es eso posible?

El triunfo del seductor: enamorarse de un canalla

¿Qué quieren los hombres?

A ver, no quiero engañarte. No estoy en posesión de la verdad absoluta, ni del gran secreto, y dudo mucho que alguien lo tenga. Pero sirva este artículo para dar un par de vueltas al asunto del donjuán y sus trucos, por si sacamos algo en claro. 

Cuando hace unos años, la entonces directora de Temas de Hoy me propuso escribir La aventura de ser una single, deseaba que averiguara respuesta a esa pregunta: ¿Qué quieren los hombres? Y así me lo hizo saber. 

Recuerdo haber dibujado una sonrisa de medio lado y decirle sin sutileza alguna: «Creo que cuando una mujer se hace esa pregunta es porque ese hombre en el que piensa no quiere nada con ella, porque cuando los hombres se enamoran de verdad no dejan lugar a la duda». Pensé después que quizá me había precipitado, que podía haber sido más suave, que tal vez esa mujer había pasado la semana esperando una llamada que no recibió. 

Ya enfrascada en la escritura de ese libro, que mezcla relatos con artículos dirigidos a las solteras, recibí una llamada de la mujer que inspiró a Marina, una de las cuatro singles protagonistas. Se había enamorado de un crápula, o al menos así lo etiquetaba ella. Pero que Marina se hubiera colgado de un tipo que parecía ser un canalla no era nada extraño. Marina era así, aunque hubiera cumplido los cuarenta. Lo que acabó con mi paciencia fue su pregunta: «¿Tú no crees que no puede existir una prueba de amor más grande que la de que un hombre deje de ser un crápula por ti?» 

¿Enamoramiento o desafío?

Investigando sobre las obsesiones de las mujeres singles di con un estudio que llevó a cabo un equipo de científicos de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) dirigidos por el doctor Daniel Kruger. Utilizando las descripciones de los pasajes de algunos libros, estos investigadores clasificaron a distintas personalidades masculinas en dos grupos: los canallas (arrogantes y promiscuos) y los papás (hogareños y monógamos). 

Después de esta clasificación, pidieron a más de 250 mujeres universitarias que leyeran esas descripciones de los fragmentos literarios y decidieran con quienes se casarían y tendrían hijos, con quienes se irían de viaje y con quienes tendrían una aventura sexual 

Y eligieron. 

Las mujeres preferían a los hombres que entraban en la categoría de papá para crear una familia o realizar un viaje largo, incluso para que fueran su yerno. Y el 60% escogió a un canalla para tener una aventura sexual. Según el doctor Kruger, las mujeres saben distinguir a un tipo de hombre y otro por intuición, y se dejan guiar por ella para emparejarse. 

¿En serio? Las mujeres como Marina, no. Las mujeres que se enamoran de canallas o mujeriegos esperan que esos hombres cambien, que sean capaces de comprometerse y se conviertan en modélicos papás. Y mujeres como Marina hay miles, cientos de miles. 

Y digo yo, en el supuesto y remoto caso de que esa transformación se produzca, ¿por qué iban a seguir enamoradas de ese hombre si se enamoraron del canalla? ¿No van a aburrirse con él entonces? 

Me da en la nariz que no existe tal enamoramiento, que a veces son ellas quienes, llevadas por la imaginación, les colocan esos adornos, y que lo que en realidad les atrae es el desafío. 

Los hombres crápulas como Lord Byron no cambian por amor
Creo también que, salvo casos contados, tipos como el poeta Lord Byron o Giacomo Casanova, no hay tantos. He conocido a hombres de apariencia canalla que simplemente tienen aventuras sexuales porque no se han enamorado de ninguna mujer. Hasta que se enamoran, y si son correspondidos inician una relación estable y de fidelidad. 

Esos hombres, a mi entender, no son mujeriegos. No han cambiado. Sencillamente, no entraban en la categoría de ‘infieles por naturaleza’. 

Y hablando de Lord Byron. Después de ser rechazado por Anna Isabella Noel y de insistir en su proposición de matrimonio, el poeta logró casarse con esta mujer interesada en las matemáticas y en la astronomía, una activista que luchó por los derechos de la mujer, por la educación de los desfavorecidos y contra la esclavitud. En la misma noche de bodas le soltó estas palabras: «Te arrepentirás de haberte casado con el diablo». Ella lo abandonó en cuanto dio a luz a la única hija legítima del poeta. Y se ocupó de apartar a su hija de los entornos apasionados de su padre, hasta el punto de conseguir que Ada Lovelace se convirtiera en una de las mejores matemáticas de la historia, considerada pionera de la programación informática. 

¿Para qué empeñarse en cambiar al marido pudiendo marcarse tan altos y loables objetivos? 

El crápula de verdad no va a cambiar. Un mujeriego siempre será una bala perdida. Como mucho, si no sufre un infarto en mitad de un revolcón y muere con las botas puestas, quizá a la vejez, después de perder el atractivo, la testosterona, el control de la próstata y de los esfínteres, quizá entonces busque una mujer fiel que ejerza de enfermera. 

Cada cual sabrá si quiere dejar que transcurran los mejores años de su vida a la espera de que esto suceda. 

El triunfo del seductor

Pero ¿por qué tienen éxito los canallas? ¿Por qué tantas mujeres, ya sean jóvenes o cuarentonas, se enamoran de los crápulas? ¿Cuál es el secreto de los seductores? 

Con motivo de la publicación del libro Inteligencia Sexual, fui invitada a participar en una cena tertulia sobre literatura erótica en el restaurante El Kubb de Sesoliveres, junto a otros autores. En el turno de preguntas del público, una de las asistentes expuso el caso de un hombre que conocía con gran éxito entre las mujeres. Según él, esa capacidad de seducción se debía a que conocía a las mujeres, que sabía lo que ellas querían y necesitaban. 

Mónica García Massagué y yo coincidimos en no creérnoslo, en que lo que ese hombre y casi todos los seductores conocen son unos códigos de conducta para entablar relaciones superficiales y se sienten seguros para utilizar esos códigos. 

¿Cómo no va a sentirse seguro el hombre que es capaz de afirmar con absoluta contundencia «te conozco, sé quién eres, qué quieres y qué necesitas»? Y así incrementa su valor ante la mujer que se lo cree, que lo creen poseedor de un don especial y misterioso. 

Son hombres interesantes a los ojos de la mujer que aspira a alcanzarlos, pero la imagen que tienen de ellos suele ser distorsionada. Y de esa imagen envuelta en una nube es de la que se enamoran.

El doctor Gregorio Marañón, que fue un sexólogo en aquellos años de la primera mitad del siglo XX, tenía una teoría sobre el donjuanismo que levantó ampollas en una sociedad que admiraba la figura del gran seductor. Para el médico, la débil masculinidad de Don Juan no podía atraer a «ninguna mujer normal, dueña de su cerebro y de su sexo».

Creo que el donjuán no sabe lo que la mujer necesita, sino que saben convertirse en su necesidad. En lo que ellas creen necesitar. Como hace el buen publicista que lanza un producto al mercado. Es lo que las de mi generación llamamos ‘pillar un globo’, porque algunas pierden el entendimiento y se convencen de que ese hombre del que se han colgado también está enamorado de ellas, es solo que tiene miedo al compromiso. 

Voy a insistir en mi opinión sobre la clave del éxito del donjuán: se presenta como el desafío, el reto, y, en contadas ocasiones, aparenta ser alcanzable para renovar las esperanzas de la ingenua que ha caído en su trampa. 

Pero ¿el casanova liga con quien quiere o con quien puede? 

Cuando tienes la nevera llena, un techo bajo el que refugiarte y las necesidades básicas cubiertas, aparece otra necesidad: la de perseguir un propósito. Y cuando no hay nada que te apasione, cuando el trabajo en el que pasas tantas horas te aburre, cuando careces de una vocación, cuando no tienes intereses a los que dedicarles tiempo y energía, cuando no tienes ideales por los que luchar… entonces te vuelves vulnerable y tienes muchos puntos para que un tipo se plante ante ti y te haga creer que él es lo que tú necesitas. 

descargar Inteligencia Sexual de Sonsoles Fuentes

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