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Consejos para suegras y nueras

La comunicación, como siempre, es la clave para solucionar los conflictos que surgen en las relaciones personales, también entre suegras y nueras. 

Consejos para tratar con suegras peligrosas

Cómo tratar con suegras peligrosas

La semana pasada compartí en este blog la entrevista sobre los conflictos con las suegras con la psicóloga Pilar Casbas, que había dedicado a este asunto uno de sus libros. 

En aquel entonces aproveché la ocasión para pedirle unos cuantos consejos prácticos ante las situaciones cotidianas más apuradas. 

He dejado al niño con mi suegra y le pedí que le diera un yogur para merendar. Cuando regresé, el yogur estaba intacto y se había zampado dos piruletas. 

PILAR CASBAS: Muchos abuelos atiborran a los niños de chucherías creyendo que así se ganan el cariño de los nietos. Si se trata de algo muy esporádico no pasa nada, pero si sucede siempre, tendrá que plantearse si vale la pena que lo cuide la abuela. Aquí se pone en juego la confianza. Tendemos a pensar que los abuelos cuidarán de nuestros hijos mejor que una persona desconocida, pero a menudo los malcrían. 

Mi suegra me insinúa que, si su hijo no la llama o la visita más a menudo, es porque yo no le dejo. 

P.C.: Es una queja habitual, aunque suelen ser insinuaciones con las que la suegra intenta culpabilizar a la nuera. Lo mejor es decirle con total claridad que con quien tiene que hablar es con su hijo. Se trata de delimitar problemas: es un conflicto entre madre e hijo, y ellos lo tienen que resolver. 

Mi suegra intenta localizarnos en todo momento. Siempre que mi marido y yo salimos a cenar fuera o a divertirnos tiene que llamarnos al móvil para saber dónde estamos y qué hacemos. 

P.C.: El móvil ofrece muchas facilidades a las suegras controladoras. El hijo debería hablar con ella y explicarle que su pareja y él necesitan intimidad. Y si continúa persistiendo ¡que cambien el número de móvil y no se lo den! Muchos lo hacen. 

Mi suegra entra en casa sin previo aviso. 

P.C.: Generalmente dejamos las llaves a los padres y a los suegros, por si sucede algún percance. Como siempre, hay que probar la vía de la comunicación y pedirle que llame antes de venir a casa. Repito que es mejor que sea el hijo quien hable con ella. 

Mi suegra se quedó en casa a pasar unos días y entraba en nuestro dormitorio sin pedir permiso. 

P.C.: Esto raya en lo patológico, esta situación necesita de una actitud tajante por parte de los jóvenes. Hay que hacerle entender drásticamente que el dormitorio es el recinto de intimidad de la pareja y que no puede entrar. 

Mi marido insiste en pasar unos días de vacaciones en la casa que mis suegros se han comprado, pero yo tiemblo ante la idea de convivir con ellos. ¡Son mis vacaciones! 

P.C.: La pareja tiene que aprender a negociar y deben llegar a unos acuerdos, un pacto con el que todos ganen. Cada matrimonio lo resolverá de modo diferente. Si tenemos un mes de vacaciones, quizás basten quince días o una semana para estar con la familia. O decidan pasar unos días de vacaciones por separado. Se han de tener en cuenta los deseos y las necesidades de ambos. 

Mis suegros piden préstamos a mi marido y él nunca me consulta. 

P.C.: En este caso falla la comunicación y la confianza dentro de la pareja. Si se oculta esto, ¿qué más se puede ocultar? Todo lo que afecta a la economía familiar es asunto que ha de resolverse en el seno del matrimonio. 

Mi marido y yo habíamos decidido cambiarnos de casa, pero él cambió de opinión después de visitar a sus padres, aunque no me confiesa que ellos le han convencido. 

P.C.: De nuevo nos encontramos ante un conflicto de pareja, no sólo de problemas con la familia política. Me contaron un caso más extremo aun: un matrimonio joven había decidido comprarse un piso nuevo, y cuando los suegros lo supieron se adelantaron y lo compraron ellos. Estos suegros tenían otro hijo, también casado, y las dos nueras se aliaron en contra de los suegros, mientras que los dos hijos iban al piso nuevo de los padres para ayudarles a realizar reformas y trasladar muebles. 

Mi marido trabaja muchas horas, pero siempre visita a su madre antes de volver a casa, aunque sabe que los niños se habrán dormido. 

P.C.: Los problemas en la pareja aparecen cuando uno de sus miembros se da cuenta de que el otro siempre coloca a su familia de origen en primer lugar. En cambio, si queda claro que la relación de pareja está por encima de todo, el daño será menor. Está bien que el marido visite a su madre, pero si eso supone que no puede ver a sus propios hijos, es el colmo. Los niños necesitan a su padre. 

Consejos para mejorar la convivencia de suegras y nueras 

Son tantas las parejas arruinadas en Italia por las intromisiones de la mamma, que fue necesaria la puesta en marcha de la primera escuela para suegras y nueras, donde se imparten clases para mejorar la convivencia entre unas y otras. Por si los consejos que ofrecen pueden servirte, aquí dejo algunos de ellos. 

5 consejos para la suegra: 

1. Espera a que sean los jóvenes los que te pidan ayuda. Es conveniente que sepan que estás ahí, para acudir cuando lo necesiten, pero que no sientan tu actitud como una intromisión. 

2. Deja que discutan sin intervenir. Tienen que aprender a afrontar los problemas de pareja y a encontrar soluciones y vías de negociación por sí mismos. 

3. No ofrezcas consejos no solicitados. 

4. Deja que eduquen a tus nietos a su manera. Los hijos menores deben ver a sus padres como la máxima autoridad, porque también son los máximos responsables. 

5. Descubre nuevas actividades que te gusten y con las que te sientas realizada: ¡tu vida no se reduce a la de tu hijo! 

5 consejos para la nuera: 

1. No hagas desagradables comentarios sobre ella delante de tus hijos. Recuerda que es su abuela. 

2. En cuanto aparezcan los primeros problemas, habla de ellos con tu marido. 

3. Si cuida de tus hijos, recuerda que también tiene derecho a verlos para disfrutar de la compañía de los nietos, y no únicamente para hacerte un favor. 

4. Mejor una discusión una vez que años de guerra de nervios. 

5. No es recomendable que hagas comparaciones con tus padres. Cada uno es como es y así debe ser aceptado.
*Imagen: Hilary Halliwell en Pexels

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