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Mostrando entradas de mayo, 2015

Sábado, sabadete, fútbol y quizás...

La testosterona, esa hormona clave para que el apetito sexual se mantenga en alto, se asocia siempre a la masculinidad, pero también está presente en los curvilíneos cuerpos de nosotras, las hembras. De hecho, las mujeres de mediana edad que alcanzan la menopausia notan cómo la pérdida de estrógenos (la hormona femenina por excelencia) deja al descubierto sus niveles de testosterona y otros andrógenos, al tiempo que crecen sus pechos sin necesidad de silicona. De modo que, lejos de perder las ganas, dos tercios de las señoras ven cómo su libido continúa bien activo, y hasta un 40%, según algunos estudios, se quejan de practicar menos sexo del que realmente desean. Según la doctora Rosemary Basson, pasada la fase del enamoramiento, hombres y mujeres dejan de funcionar del mismo modo, ya no es el deseo sexual lo que mueve el interés de ellas, sino que lo que quieren las mujeres es conectar e intimar con el hombre que aman. Dicho de otro modo, en las relaciones ya establecidas, cuan

Amor y Libertad

Dicen las mujeres que los hombres tienen miedo al compromiso. ¿Y tú por qué no te enamoras? ¿Tienes mala suerte? ¿No será que ese miedo no es exclusivo de ellos?

La felicidad del macho alfa

Don Draper es el hombre hecho a sí mismo, el tipo que renació entre las cenizas convertido en otro e inició el camino hacia su sueño: ser el macho alfa. Y lo consigue. Es el hombre que todos quieren ser o tener. El valor principal de la compañía de publicidad, el genio creativo que vende felicidad. Pero no consigue ser feliz. A lo largo de la serie hemos asistido a sus continuas crisis de identidad, y contemplamos el modo en que logra sobrevivir a ellas, haciendo lo que mejor sabe hacer: crear, idear una nueva campaña publicitaria. Porque uno no es lo que tiene, sino lo que hace. Y se siente bien cuando se dedica a hacer lo que se le da mejor, y de la mejor manera posible. Es entonces cuando Don Draper alcanza el clímax, cuando encuentra el qué, el cómo. Ya lo dijo Aristóteles —cómo no iba a haber un griego que lo dijera antes—, ese estado de sumo bienestar que llamamos «felicidad» es una actividad. No es un fin que se alcance siendo el más guapo, el que más liga, el que

Alison, otra chica mala

Infiel para dejar de sufrir Escribo esta entrada cuando acabo de ver el capítulo 7 de ‘The affair’, una serie en la que un hombre y una mujer son interrogados por separado sobre un crimen. El espectador no sabe bien de qué crimen se trata, porque es lo de menos. Lo que realmente importa es que ese hombre y esa mujer han sido infieles a sus respectivas parejas y que cada cual lo explica de un modo tan diferente que a veces parecen no haber compartido la misma historia , el mismo ‘affair’.  Él, Noah, y ella, Alison, cuentan la historia de infidelidad como cada cual la recuerda o necesita recordarla, quizás para liberarse de la culpa, y puede que ninguno mienta, sino que es así como la han vivido o como ha quedado registrada en su memoria. De algún modo, la pasión es una vía en la que ambos logran canalizar el sufrimiento (Alison ha perdido a su hijo), la angustia y la frustración (él lleva cada vez peor el estrés al que le someten los cuatro hijos y unos suegros ricos qu