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Fantasías eróticas en el agua, las fantasías más frescas

Las fantasías sexuales en el agua son de las más recurrentes en las mujeres, ya sea porque las costas de nuestro país nos inspiran, porque el clima acompaña o porque somos muy aseadas.


artículo sobre las fantasías sexuales en el agua

Fantasías sexuales en el agua, a las mujeres les encanta

Lo atestiguan las anónimas confesiones recopiladas en obras como SEX CONFIDENTIAL, donde las españolas relatan sin tapujos sus experiencias sexuales y sus pensamientos más lujuriosos, qué tipo de juegos les excita más, qué clase de amante les gusta y cómo se lo pasan en los encuentros sexuales: nos encanta imaginarnos en la playa con la pareja, en una isla, donde las caricias del mar se unan a las de las manos masculinas

fantasías sexuales más comunes de las mujeres y hombres

“Soy una mujer de veinticuatro años.
Una de mis fantasías que he realizado y repetiría es hacerlo dentro del agua de la playa, a las dos del mediodía, con el agua fría y salada, mientras yo estoy encima de mi novio, rozando mis tetas contra su torso, con mis piernas enredadas en su cintura y noto su miembro erecto. Yo me pongo la parte inferior del bikini a un lado y noto cómo el agua acaricia mi vagina, mientras que busco su miembro por debajo del bañador resbaladizo y lo introduzco dentro de mí, sin dejar de besarnos apasionadamente con gente a nuestro alrededor, niños, abuelos, y nosotros haciéndolo a plena luz del día, con la playa a rebosar. Me da mucho morbo que nos puedan ver. La repetiría muchas veces, aunque hay chicos a los que les da corte porque dicen que es una falta de respeto, pero yo estaría dispuesta a hacerlo siempre dentro del agua, ¡en una hora punta en medio del mar!”


Las fantasías relacionadas con la playa son un efecto cultural: vivimos en un país con clima mediterráneo y mucha costa, lo que permite exhibir nuestras carnes y jugar en el agua, y según cuentan los sexólogos, suelen ponerse en práctica más de lo que creemos. 

Según la encuesta Dúrex, la playa es, frente a la montaña o el campo, el lugar preferido por las parejas que buscan intimidad y relajación fuera de casa. La tranquilidad que proporciona el sonido del mar, la brisa, la semidesnudez y el contacto con el sol son ingredientes favorecedores de las reacciones eróticas. El calor, por ejemplo, provoca una vasodilatación que acelera el riesgo sanguíneo y aumenta la sensibilidad de nuestra piel al tacto. ¡Siempre que no nos pongamos como gambas!

fantasías sexuales en el agua del mar

La sensación de libertad de movimientos en el mar es absoluta. Gracias a la ingravidez se pueden adoptar posturas imposibles de ejercitar en tierra, por muy cómoda que sea nuestra cama. El agua es, además, un excelente medio para acariciarnos y frotarnos en público sin levantar sospechas. El riesgo de ser pillados in fraganti aumenta la excitación de los amantes de las travesuras. Pero, para los que se corten están las calas escondidas para hacer el amor en la orilla, con el incomparable escenario de la puesta de sol.

“Tengo veintisiete años y soy auxiliar administrativa.
Tengo muchas fantasías, pero una de mis favoritas es que me baño desnuda en una piscina, por la noche, con luna llena, y mi chico, o cualquier otro que se me venga a la mente (un actor, un hombre que me he encontrado en el autobús, etc.), me seduce y me acaricia todo el cuerpo... me siento libre.”


La ventaja de la piscina es que nos permite gozar de la flotación en el agua sin el incordio de la arena que se mete en los bañadores, cuyas rozaduras pueden convertir los abrazos y revolcones en un encuentro muy desagradable.

Fantasías eróticas en el agua sin salir de casa

Si no encuentras la playa ni la piscina, siempre puedes jugar en la bañera. Las mujeres dejan claro en sus confidencias eróticas que les gustan los hombres limpios y aseados. La nariz femenina es dos mil veces más sensible que la masculina, y respondemos mejor que ellos a los estímulos olfativos que despiertan el deseo de comernos entero un cuerpo apetitoso. Diversos estudios de química, psicología y otras ciencias ponen en evidencia la estrecha relación que existe entre el olor corporal y nuestra sexualidad.

“Soy una mujer de 32 años, trabajo como secretaria y estoy diplomada en turismo.

Mi fantasía sucede en la bañera o en la ducha con mi pareja. Froto todo su cuerpo con agua y jabón mientras él lo hace conmigo, de arriba abajo y de abajo arriba. Por el cuello, la espalda, los brazos, el pecho, la cintura, la pelvis… Con los dedos deslizándose por dentro de la vagina y luego por el culo. Con todo húmedo para luego seguir hasta los pies.

Después vienen más caricias por el pecho, la espalda, el cuello hasta que todo está tan mojado y tan resbaladizo, y el pene de mi pareja tan grande, que se introduce en mi vagina para penetrarme, mientras él me abre las piernas y yo me agarro a su cuerpo con las piernas y los brazos, y su pene entra dentro de mí una y otra vez, sin obstáculos, hasta llegar al orgasmo los dos.”


Una de las fórmulas preferidas de hombres y mujeres para satisfacer sus deseos consiste en tomar un buen baño de relajante agua caliente, acompañarse de buena música y de una copa de vino, cava o refresco. Es un método sencillo para despertar todos los sentidos y descubrir nuevas fuentes de placer: olores, música, gusto, sonidos, tacto.

fantasías sexuales con tu pareja en la ducha

También puedes meterte con tu chico en la ducha para descargar las tensiones diarias y alargar los juegos cuanto desees, con toques aromáticos y aceites que os permitan descubrir zonas erógenas escondidas u olvidadas. Prueba a sacar el cabezal de tu ducha para dejar salir un chorro de agua estable, dirígelo hacia vuestros genitales y cambia la presión y temperatura del agua para conseguir nuevos estímulos. Ten en cuenta que el masaje erótico te permite alcanzar el orgasmo sin el coito. Y no es que a nosotras no nos vaya la penetración, pero ¿qué tal si nos damos la oportunidad de entrar en nuevas dimensiones para gozar sin imposiciones coitocéntricas? Entre los muchos testimonios que he recibido para estudiar la sexualidad femenina, recuerdo el de una mujer que contaba hasta qué punto se había excitado con una película en la que la protagonista flotaba en una piscina, agarrándose al borde con las manos mientras la pareja separaba sus piernas para saborear sus partes más íntimas.

Algunas parejas, para huir de la rutina, fingen ser dos desconocidos que ligan en un pub y acaban en un hotel. Puedes, ya de paso, reservar una habitación con jacuzzi en uno de esos moblé a los que acuden los amantes secretos, con el morbazo que supone respirar el aire de lo prohibido, de los encuentros ilícitos y furtivos, mientras aprovechas la presión que los chorros de agua ejercen sobre tus genitales y así obtienes un placer extra.

“Ya he cumplido los veinticinco años, trabajo como cajera en un hipermercado y estoy diplomada en Estadística.
Me imagino en una suite de hotel de esas mega fantásticas, en la que no falta de nada: sábanas de raso, flores, comida en bandejas y una bañera tipo a la de la peli Pretty Woman. Y me imagino en un baño sensual, con espuma y con mi pareja, dejándonos llevar por las sensaciones. Sin prisas, sin agobios, como si se detuviera el tiempo y nada más importara.”


fantasías sexuales con tu pareja en el agua

Otras amantes del riesgo fantasean con hacerlo en el baño con la pareja, deprisa, mientras afuera esperan los familiares o amigos, y las más transgresoras se han atrevido a practicar la lluvia dorada en la ducha. Son las buscadoras de nuevas sensaciones, ¿o pensabas que esa lujuria solamente se desata en las mentes masculinas?

Pero fantasear con una situación que te pone no significa siempre que desees hacerla realidad. Entre las dos orejas se encuentra el órgano sexual por excelencia, donde se fabrican los afrodisíacos más eficaces. Nuestra imaginación nos permite naufragar en idílicas islas repletas de hombres que te esperan para darte toda clase de placeres.

“Tengo veinte años […] y trabajo como ayudante de peluquería.

Hay una fantasía que no llevaría a cabo, pero que me pone realmente. Yo, en una isla, sin civilización, lejos de los ruidos, de la contaminación… yo y chicos. Hombres acostumbrados a saciar sus necesidades a solas o unos con otros, y me descubren a mí en ese precioso paisaje. […] Despierto tumbada en una playa, cerca de la orilla, sobre la arena fina y blanca. Estoy atada de pies y manos, desnuda, apenas muevo la cabeza. Me mira un chico de pelo largo, muy moreno, ojos negros y grandes. Me da un líquido con sabor a mora; sólo me mira, su cara me transmite deseo.

De repente percibo una sombra que se acerca por mi izquierda y alguien me tapa los ojos con algo frío. Es un pañuelo, ¿de seda? No tengo tiempo de gritar. Tampoco quiero. ¿Tengo miedo? No lo sé ni yo, es una sensación extraña. No logro saber ni qué me cubre los ojos. Intento pensar, pero noto aceite con olor a lavanda, a lilas, que recorre mi cuello, mis orejas. Son unas manos grandes, ásperas… aunque el aceite las hace suaves. Bajan por mis hombros. Intento soltarme las manos, pero me paro cuando escucho una voz, como gemidos. Intento adivinar de dónde provienen porque los siento muy cerca, cuando otras manos acarician mis pies. Siento cosquillas, pero me gustan. Las cuatro manos recorren esas partes de mi cuerpo”.


Mientras no alcanzas ese harén paradisíaco, ¿qué tal si pruebas las delicias de un baño de espuma, con tus fragancias favoritas y una estimulante compañía que te frote la espalda... o lo que tú quieras?

libro Sex Confidential fantasías eróticas y otros secretos de nuestra vida sexual

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