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No sólo de sexo viven ellos

Ellos no suelen decirlo, pero están cansados de que se les crea siempre dispuestos para el sexo y sin necesidad de gestos de afecto. ¡No son tan simples!

Los hombres quieren caricias

Lo conté ayer en un programa de televisión: uno de los aspectos de la sexualidad de los testimonios que he reunido hasta el momento es que entre hombres y mujeres son más las semejanzas que nos unen que las diferencias que nos separan. 

Puede que siempre haya sido así, que sintamos y pensemos de modo similar o que las diferencias dependan de las personas y no de una cuestión de género. O bien, que tras rebelarnos contra los patrones culturales a los que nos han obligado a ajustarnos, hayamos logrados acercarnos los unos a las otras. Así es como los hombres comienzan a degustar unas relaciones sexuales menos centradas en el coito y demandan que haya más tiempo, más creatividad, más imaginación. 

Y, ¡ojo al dato!, la protagonista principal de las fantasías sexuales más recurrentes de los hombres suele ser su propia pareja, incluso cuando se trata del trío. Además, la imaginación erótica de ellos tiende a forjar más escenas románticas que la de las mujeres.

Después de participar en el programa, me encuentro esta mañana con que se ha publicado un estudio del Instituto Kinsey que corrobora esta conclusión: 

En una relación a largo plazo, las demostraciones de afecto, como los abrazos y arrumacos, son tan importantes o más para los hombres que para las mujeres.

La investigación ha sido llevada a cabo entre parejas que llevan una media de 25 años unidas, en cinco países (Estados Unidos, Brasil, España, Alemania y Japón), y demuestra una vez más cómo se equivocan los estereotipos y las creencias erróneas que hemos heredado de la tradición cultural. La directora del estudio, Julia Heiman, ha reconocido su sorpresa al averiguar que los hombres se sienten más felices si en sus relaciones de pareja abundan las carantoñas fuera de la cama y no forman parte únicamente de unos juegos preliminares.

Es más, según otro estudio, no son pocas las parejas cuyos componentes han rebasado la frontera de los 50 años que dicen tener pocas relaciones sexuales y sentirse la mar de felices. Aseguran que con la generosidad, la confianza y el sentido del humor logran conservar la relación con una salud estupenda.

Y en otras parejas son las mujeres las que disfrutan más en la cama después de años de relación. ¿Por qué? Seguramente porque se conocen mejor a sí mismas, su propia sexualidad, porque la pareja ha conseguido entenderse entre las sábanas. Y también porque han dejado atrás el estrés de la crianza de los hijos y otras responsabilidades que desgastan y agotan. O, al menos, que nos obligan a dejar el sexo abandonado.

En un terreno tan sensible como la sexualidad y las relaciones humanas, ningún estudio nos va a revelar verdades absolutas, pero está claro que ha llegado la hora de desmotar mitos y tópicos. Y dejemos de pensar que los hombres son muy simples.

Algunos estudios revelan que hay partes del cuerpo masculino que les proporcionan mayor excitación siempre que las caricias sean apropiadas: el exterior del labio inferior, la parte frontal del cuello, los pezones, los tobillos, el perineo y, síiiiii, su pene, en especial la punta.

El asunto de los preliminares

El juego preliminar, por ejemplo: en nuestra mente es algo que suele emplear el hombre para "preparar" a la mujer antes de penetrarla. Se supone que él no necesita ninguna preparación, que siempre está dispuesto para el contacto sexual.

Es más, se tiende a pensar que si al hombre se le acaricia más de la cuenta puede alcanzar el orgasmo antes de lo deseado. Y que si necesita unos juegos preliminares para tener una erección, es que no se siente atraido por la mujer con la que está en ese momento.

Pues no. Ya va siendo hora de romper con los roles, también en el juego sexual. Y de considerar las caricias, los besos, la ternura, los gestos de afecto, los numeritos eróticos y demás como un precalentamiento. Todo ello forma parte de la relación sexual, del acto en sí. 

Hace tiempo que los hombres reclaman el mismo afecto físico del que disfrutan las mujeres, que no quieren reducirlo todo al acto sexual y al orgasmo. A muchos les gustan las caricias con movimientos largos y lentos en todos su cuerpo. Dicen que sus tetillas son sensibles, sobre todo a las lamidas, los besos y las chupadas.

Quieren que le abracen, que le estrechen, que le acaricien. Pero no lo piden. Como siempre, ese gran problema: el de la falta de comunicación en la pareja. A ellos les avergüenza pedir afecto físico, y esperan, como tantas veces nos pasa a nosotras, ser adivinados.

Para ella, para él, para cualquiera, conseguir que alguien te toque como te gustaría sólo se puede conseguir mediante una vía: pedirlo de manera clara, sin rodeos, y con lenguaje sencillo. Es muy complicado saber qué quiere uno u otro si no hay una comunicación verbal espontánea. 

¿Qué tal si probáis a exploraros mutuamente con los masajes? 

Por último, recuerda: Si vives los juegos preliminares como un ejercicio para conseguir algo, te los pierdes como la experiencia divertida y placentera que deberían ser. En el sexo somos mucho más que unos genitales... ¡disfruta de toooooda la piel!

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Comentarios

  1. Felicitarte por como escribes y la forma,las palabras y el sentimiento.
    Sinceramente enhorabuena.
    Un saludo.

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